Hoy inventé un sol para mi desolado barrio. Visité una librería de viejos que antaño quise comprar. Entré en un Café sin rocola ni piano viejo. Camuflé whisky en mi taza de expreso. Un tipo preguntó si mis botas rojas eran de fuego. Seguí mi camino, cantando y silbando bajo la lluvia. En el autobús escuché conversaciones ajenas. Ya en casa me refugié, una vez más, en mis amantes de papel y tinta. Finalmente inventé una luna para alumbrar ausencias. Ahora escucho Lou Reed
INCONSISTENCIA por MARLUS LEON
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Imperfección de las horas vacías que tejen mi piel
Absorta,
huida del ser,
de la vida,
de la materia que soy...
Imposibilidad de ser otra
acumulando
di...
Hace 2 horas

