
Heidegger nos lleva por seis sendas. La primera da vueltas en torno a la esencia y origen de la obra de arte; el segundo atiende los fundamentos metafísicos de las concepciones del mundo; los dos siguientes versan sobre Hegel y Nietzsche; el quinto se plantea la pregunta de Hölderlin acerca de la razón de ser de la poesía en tiempos de tribulación y el último desciende a los orígenes del pensamiento primordial acerca del Ser.
Fragmento
Pero el pensar es un decir poético, y no sólo poesía en el sentido del poema y del canto. El pensar del ser es el modo originario del decir poético. Es en él donde por vez primera el lenguaje accede al habla, esto es, accede a su esencia. El pensar dice el dictado de la verdad del ser. El pensar es el dictare originario. El pensar es el decir poético originario, que precede a toda poesía, pero también es el elemento poético del arte, en la medida en que este llega a ser obra dentro del ámbito del lenguaje. Todo lenguaje poético, tanto en este sentido amplio como en el más estricto de lo poético, es en el fondo un pensar. La esencia poética del pensar guarda el reino de la verdad del ser.
Sendas Perdidas, Martin Heidegger, traducción de José Rovira Armengol, Buenos Aires, Editorial Lozada, 1969.