Seré sincera, mi favorito era Cormac Mc Carthy, pero la asignación del Premio a Varguitas es indudablemente justo. Tampoco voy a empezar a reprochar ideas políticas que, desde luego no comparto, porque no es el caso y tampoco me interesa ahora, prefiero volcarme a la palabra impecable, a la creación, a la narración...
El último libro que leí de MVLL (Viaje a la ficción, Ed. Alfaguara) hablaba de otro escritor al que este mundo también le quedaba insuficiente, al que la realidad no le bastaba, el gran Onetti; y rescato un fragmento que me encantó y que coloqué en mi blog hace unos meses, justo antes de regresar de San Francisco; dice Vargas Llosa:
"Escribir era, para Onetti, no una "evasión", sino una manera de vivir más intensa, una hechicería gracias a la cual sus fracasos se volvían triunfos. Por eso, toda su vida insistió en que la literatura no podía ser un mero oficio, una profesión, menos aún un pasatiempo, sino una entrega visceral, un desnudamiento completo del ser, algo que tenía más de sacrificio que de trabajo, que se llevaba a cabo en la soledad y sin esperar por ello otra recompensa que saber que, escribiendo, le sacaba la vuelta a la puta vida."
¡Salud! por el reconocimiento a nuestra lengua, nuestra región y, sobretodo, a la buena literatura!
Notas relacionadas:
Mario Vargas Llosa, Premio Nobel de Literatura 2010 (Diario El País)
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