sábado, abril 11, 2015

Adrienne Rich



“Pensar como un hombre” ha sido un halago o una limitación para las mujeres que han querido escapar a la trampa del cuerpo. No es extraño que muchas mujeres inteligentes y creativas hayan insistido en que eran “seres humanos” primero y mujeres sólo accidentalmente, que hayan minimizado su biología o sus vínculos con otras mujeres. El cuerpo ha terminado siendo tan problemático para las mujeres que a menudo han preferido prescindir de él y viajar como un espíritu incorpóreo.


(Nacimos de mujer, 1996: 81, trad. Ana Becciu).