En
relación con un escritor, la mayoría de los lectores creen en una suerte de
Doble Moral: ellos pueden serle infieles tan a menudo como quieran, pero él
nunca debe serles infieles a ellos.
Aunque
una obra literaria se puede leer de varias maneras, este número es finito y
admite un orden jerárquico; algunas lecturas son obviamente más
"verdaderas" que otras, algunas son dudosas, otras obviamente falsas
y otras, al fin, como leer una novela comenzando por el final, absurdas. Ésta
es la razón por la que, en una isla desierta, es preferible tener un
diccionario a la mayor obra maestra imaginable, pues, en relación con sus
lectores, un diccionario es absolutamente pasivo y puede leerse legítimamente
de infinitas maneras.
El
placer no es ni mucho menos un guía crítico infalible, pero sí el menos
falible.
(W. H. Auden - Los señores del límite)