
El tiempo pasa sin que nos demos cuenta. El cielo espesa sus nubes y las rieles se oxidan de tanta espera. Observo a una niña que devora el paisaje con su mirada; junto a ella un perro aúlla, entonces comprendo: es hora de partir.
Nota: Esta fotografía la tomé hace casi cuatro años en el desierto de Palmira, Provincia del Chimborazo, Ecuador; y allí escribí el pequeño texto que la acompaña. Cómo desearía estar ahora allí... ser yo la niña junto al perro que aúlla.