Últimamente, si leo algo de los griegos antes de dormir, sueño que amanezco en Japón; y si leo algo relacionado a África, sueño que camino por las calles de Hanoi. En cualquier caso, en varias ocasiones —en los distintos sitios (que son algunos más)— reconozco calles por las que nunca he andado, siempre con la misma luz plateada hasta subir, con mucha seguridad, al segundo piso de un edificio donde una vieja asiática me sirve, en diminutas tazas, el té.
CIUDADES QUE LLORAN por FRANCISCO ROJAS
-
Dicen que si te vas llora Madrid, que ya no sabe el mar de Asturias igual,
que en la parte antigua grita San Jorge desconsolado. Que yo, dicen que yo,
an...
Hace 39 minutos