Ya quiero que sea noviembre para
tomar colada morada con guaguas de pan. Cada hogar tiene su propia receta y sabor de familia. Yo extraño el horno de leña
que teníamos en una antigua casa, por la calle Záparos, donde hacíamos guaguas
de pan representando a cada uno de los integrantes de mi familia. Luego
adivinábamos todos de quién se trataba. Era muy divertido comer así.
Tradiciones que no deberían morir nunca.


