La
mitad de mí, la otra de mí, está muy contenta, y triunfa sobre un caballo que
no se agita en el Apocalipsis. Pero me faltan brazos para abrazar a las otras
que ahora lloran dentro, donde nadie puede ver, ni siquiera yo. Tengo una
necesidad tremenda de recibir una carta, con pulso y letra de quien me quiera
bien. Tengo necesidad de un cartero que silbe a mi ventana y me diga ¡carta!.
Quiero una carta sin final que me desee buena salud y vida eterna. Hoy dormiré
con los ángeles, me digo, mañana será otro siglo. Pero eso mismo dije ayer y
antes de ayer y también el viernes. Y sólo sigo soñando en el infierno. Estoy
llena de grietas. Mi amor es líquido.
EL PUEBLO EN LLAMAS
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el pueblo engañado
el pueblo expropiado
el pueblo acosado
el pueblo manipulado
el pueblo desahuciado
el pueblo agotado
el pueblo dominado
el pueblo quemado...
Hace 17 horas