La
mitad de mí, la otra de mí, está muy contenta, y triunfa sobre un caballo que
no se agita en el Apocalipsis. Pero me faltan brazos para abrazar a las otras
que ahora lloran dentro, donde nadie puede ver, ni siquiera yo. Tengo una
necesidad tremenda de recibir una carta, con pulso y letra de quien me quiera
bien. Tengo necesidad de un cartero que silbe a mi ventana y me diga ¡carta!.
Quiero una carta sin final que me desee buena salud y vida eterna. Hoy dormiré
con los ángeles, me digo, mañana será otro siglo. Pero eso mismo dije ayer y
antes de ayer y también el viernes. Y sólo sigo soñando en el infierno. Estoy
llena de grietas. Mi amor es líquido.
RITUAL por ÓSCAR ALONSO PARDO
-
Cada cierto tiempo
voy con mi madre al cementerio
y limpiamos la lápida
donde yace mi padre.
Le damos brillo a la muerte
y volvemos andando a casa
hablan...
Hace 1 día

