photo by Mark. Caffe Trieste. SF. 2011
Queridos lectores:Sé que estas últimas semanas este blog ha sido más anacrónico de lo normal, y por motivos de viaje y escritura lo he tenido un poco abandonado. Sin embargo sé que muchos de ustedes siguen pendientes de esta funambulista y sus diferentes aventuras, fragmentos y desvaríos, por lo que agradezco sus mensajes y que se hayan tomado la molestia de seguir entrando a este sitio que por momentos se llena de polvo como un letrero en medio del desierto.
Entre las cosas que quedaron pendientes, y que iré subiendo de a poco, está mi viaje junto a Mark, en tren, de San Francisco a Colorado, 34 horas sobre rieles, cruzando innumerables pueblitos al pie del río Colorado, las Sierras Nevadas, desiertos, hasta detenernos en Denver, cafés, cantinas, y la tumba de Buffalo Bill en Golden City, en fin..., y más historias entre Fog city y Ecuador, ya que durante el tiempo que regresé a Quito me dediqué casi a tiempo completo a la lectura, la escritura y algunos intentos de traducción. Y bueno, ahora estoy nuevamente en San Francisco, regresé hace poco más de un mes. Esto lo aclaro por algunos emails de amigos que no saben dónde exactamente me hallo.
Pues bien, he decidido retomar nuevamente la peridiocidad de este espacio y empiezo compartiendo gratas noticias. Me acabo de enterar que gané el "Premio Nacional de Poesía César Dávila Andrade", con mi poemario inédito "Partituras Incompletas (apuntes de música y otras obsesiones)". Esta es la primera vez que envío mis poemas a un concurso, y justamente quise 'arriesgarme' aplicando al que quizá, hoy por hoy, cuenta con más prestigio. Ya hasta lo había olvidado porque fue hace unos tres meses, y acabé pensando que, en efecto, no había ganado. Pero mi satisfacción era la de haberme obligado a mí misma a cerrar una etapa pendiente, y a trabajar a diario, con más ahínco, en mi obra.
Muchísimas gracias, de corazón, a todos y todas quienes me han enviado durante estos días su cariño y buena vibra. Mi madre ya va camino a Cuenca para recibir el Premio en mi nombre, y para darle voz a un pequeño discurso que he escrito esta madrugada, entre aullidos de lobos fantasmas, sobredosis de cafeína y el recuerdo de mi abuelo. Amanece en Fog City. Y yo repito como si fuese un mantra aquellos versos el Poeta: “Canta con todo lo que le ha sido dado en una sola noche / y estalla al amanecer/ con la última cuerda de su vientre en la boca”.
Muchísimas gracias, de corazón, a todos y todas quienes me han enviado durante estos días su cariño y buena vibra. Mi madre ya va camino a Cuenca para recibir el Premio en mi nombre, y para darle voz a un pequeño discurso que he escrito esta madrugada, entre aullidos de lobos fantasmas, sobredosis de cafeína y el recuerdo de mi abuelo. Amanece en Fog City. Y yo repito como si fuese un mantra aquellos versos el Poeta: “Canta con todo lo que le ha sido dado en una sola noche / y estalla al amanecer/ con la última cuerda de su vientre en la boca”.
¡Salú!