Vladimir Nabokov jugando ajedrez con su esposa
by Carl Mydans./Time & Life Pictures/1958
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-Usted ha escrito este libro maravilloso, La Defensa, ¿es un buen jugador de ajedrez? Y hablando de ajedrez, ¿qué piensa de Fischer?
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(Nabokov) -Yo era un jugador de ajedrez bastante bueno. No un "Gross Meister" (literalmente Grueso Maestro*) como dicen los alemanes. Pero era un buen jugador de círculo, capaz de tender una trampa a un campeón aturdido. Lo que siempre me ha gustado en el ajedrez son las trampas, los trucos ocultos. Por eso abandoné las partidas y me dediqué a la composición de problemas. No dudo que hay un vínculo íntimo entre algunos espejismos de mi prosa y el tejido brillante y oscuro a un tiempo de los problemas de ajedrez, enigmas mágicos, cada uno de los cuales es fruto de mil y una noches de insomnio. Me gusta componer los problemas llamados "suicidas" en los que las blancas obligan a las negras a ganar. Sí, Fischer es un ser extraño pero no tiene nada de anormal que un jugador de ajedrez no sea normal, que sea así. Hubo el caso del gran Rubinstein, a principios de siglo. Del manicomio donde solía vivir una ambulancia lo llevaba cada día a la sala del café donde se celebraba el torneo y después lo devolvía a su casilla negra, después del juego. No le gustaba ver a su adversario, pero una silla vacía más allá de su tablero todavía le irritaba más. Entonces ponían un espejo y el veía su reflejo o quizá al auténtico Rubinstein.
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-Fischer es un caso de psicoanálisis?.
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(Nabokov)-No, no, es un gran jugador de ajedrez que tiene pequeñas manías..
Extraído de la serie de videos de Los Monográficos de Apostrophes, editados por Trasbals.
Fuente: http://www.enfocarte.com/
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* El término apropiado para "Gross Meister" es el de Gran Maestro Internacional (GM). Sin embargo, se respeta la traducción de Lluis María Todó.