Este es un viaje realmente extraño, me gusta. Ya es una semana de lo que llegué a este país y he tenido que pasar por situaciones que me han puesto a prueba como nunca antes.
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Conseguir internet se me ha hecho mas difícil de lo que pensé, y ahora que logro tener conexion, se me van las ganas de escribir con este fuckin teclado que no tiene tildes ni enies. De hecho, para el post anterior tuve que darme modos de copiar ciertas letras de artículos anteriores, pero es fastidioso tener que parar para buscar una 'o' tildada. Por otro lado, no tengo cable usb y hasta que no consiga uno no podré descargar las fotografías y subirlas al blog.
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En fin, mas alla de los problemas técnicos (que son lo de menos) me siento bien,
muy muy bien. Este país me esta mostrando lo unico que me une a estas tierras, y con tierras me refiero a aquellas que existieron mucho antes de que el territorio en general se convirtiera en la gran fabrica de pensamiento rapido, siguiendo la linea del fast food.
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Por ahora me resulta casi imposible detallar aqui mis recorridos, los lugares, las personas, pero creo que cosas interesantes estan saliendo de todo ello. Ya habra tiempo, por ahora, brevemente diré que he tenido suerte al encontrar gente que me ha dado una mano en el momento preciso. Los Angeles, California, estaba practicamente descartado del itinearario por cuestion de tiempo y dinero, pero paradojicamente fue la primera ciudad que visité. Logré contactar con una prima de mi madre que vive desde hace mucho en ese Estado. Consuelo y su familia se portaron de lo mejor; su marido es mexicano y se aseguraron de que comiera chile, jalapenos y tortillas... a lo mero, mero. Ellos viven en Orange County, a una media hora de L.A. Ya en el downtown recorrí Sunset, Chinatown, Holywood y una zona roja en la que pequé de imprudente con mi camara y un homeless me arrojo su lata de cerveza. Cheers! Pero no podia irme sin conocer San Pedro, donde Bukowski sigue dormido desde su ultima resaca. Todo un tramite para llegar a la tumba del viejo Buk (ya contaré), el condenado me hizo caminar bajo el sol californiano hasta dar con su "don't try"... pero lo logré.
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Luego de Los Angeles me vine para Arizona. Vaya Estado! el infierno es la primavera comparado con este lugar. Aqui todo arde, todo quema. Cuando arrivé a Phoenix creí que la casa en la que me alojaría quedaba en la ciudad, pero no, llegué a media noche y en el aereopuerto me recogio David, el hijo de Flora, me dijo que mi destino final sería Fountain Hills y que si teníamos suerte veríamos algun coyote o jabalina en el camino. Yo pense: En realidad, si tenemos suerte podremos ver cualquier cosa, pues todo estaba negro. Lo unico que pude ver esa noche durante el trayecto fue nada al lado derecho y nada al izquierdo... y de frente una gran carretera con las típicas líneas blancas entrecortadas. Pero aunque parezca simple, eso era fascinante, un ambiente tétrico, desolador, como si estuviesemos en algun escenario de una típica película de suspense en la que uno sabe que el auto no llegara muy lejos y que no sera precisamente una jabalina lo que se aparezca en el camino. Pero bueno, luego de manejar un buen tiempo llegamos al susodicho pueblo. Ahí tampoco se pudo ver casi nada porque no hay postes ni alumbrado publico, solo las luces de cada casa, cuyas entradas principales estan decoradas con plantas del desierto; y es que Fountain Hills esta en medio del desierto de Sonora y rodeada de varias reservaciones indígenas como la de los PIMA y los McDowell.
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Pero por ahora contaré solo esto porque ya mismo se acaba la hoja y manana madrugare para capturar el amanecer de Arizona. Esta noche caere rendida luego de tres días en los que mi cabeza ha estado a punto de estallar... y no precisamente por el clima. Qué es lo peor que puede perder (ademas de la vida, claro) un viajero latino que esta en la frontera con México y que tiene planeado movilizarse por algunos Estados en USA? Pues sí, senores: perdí mis documentos: boletos de avion, pasaporte y cédula de identidad!!! lo cual quiere decir que al momento soy una indocumentada y que si me encuentra el sheriff desgraciado del que hablé el otro día, vaya usted a saber a qué carcel me mandara... He pasado tres días con la cabeza a punto de estallar. Ya no había esperanza de encontrar mis papeles, cuando aparecio un tipo al otro lado de phoenix reportando que encontro mis documentos y que me los devolvera el martes. Ayayay, me cuesta creer que tendré mis papeles de vuelta. Ahora si puedo seguir armando mi itenario, ahora si puedo seguir on the road.