sábado, enero 19, 2008

Tres poemas de Raúl Gómez Jattín

Vuelvo a uno de mis queridos poetas, el solitario por exelencia; el que vivió en dos mundos unificados en su cabeza; el que retrató sus ojos cansados en cada uno de sus versos; el que ajeno a toda vanidad de los poetas de moda de su tiempo, no quiso encasillarse en ningún movimiento. El que bien lo dijo: Despreciable y peligroso/ Eso han hecho de mí la poesía y el amor.


Oh Dios
Tú que no existes
eres afortunado
de no tener que cuidar
todo el género humano
En cambio yo
muero cada día
Con el dolor del loco
que destruyen los otros
Con el mendigo muero
Con el enamorado sufro
Sufro
Con la mujer confinada
en un bar musical
Lloro
Y vuelvo a estar solo
a comer el agrio pan del exilio
entre tanta gente
que a veces amo.


Qué te vas a acordar Isabel
de la rayuela bajo el mamoncillo de tu patio
de las muñecas de trapo que eran nuestros hijos
de la baranda donde llegaban los barcos de La
Habana cargados de...
Cuando tenías los ojos dorados
como pluma de pavo real
y las faldas manchadas de mango
Qué va
tú no te acuerdas
En cambio yo
no lo notaste hoy
no te han contado
Sigo tirándole piedrecillas al cielo
buscando un lugar donde posar
sin mucha fatiga el pie
Haciendo y deshaciendo figuras
en la piel de la tierra
y mis hijos son de trapo
y mis sueños de trapo
y sigo jugando a las muñecas
bajo los reflectores del escenario
Isabel ojos de pavo real
ahora que tienes cinco hijos con el alcalde
y te pasea por el pueblo un chofer endomingado
ahora que usas anteojos
cuando nos vemos me tiras un
"qué hay de tu vida"
frío e impersonal
Como si yo tuviera de eso

Consolación

Cuanta congoja agazapada llevas Eusebio
El paisaje moral de tus contemporáneos
te afectó como una lepra blanca
Eres demasiado sensible muchacho
Recógete en los libros
en tu alquimia
en el calor de tu madre
El resto no vale la pena Eusebio
Son fantasmas
Muchedumbres de fantasmas ebrios.