
19 años de impunidad.
Responsables con manos y conciencias (si las tienen) manchadas de sangre.
La brutalidad y el abuso de poder ha estado presente en diferentes escenarios de nuestra historia. Sin embargo, fue en el gobierno de derecha de León Febres Cordero, en el que se registró el mayor número de casos de asesinato político y desapariciones, tomando como pretexto la lucha contra la delincuencia, el narcotráfico y la subversión.
El 8 de enero de 1988, la Policía Nacional del Ecuador detuvo ilegal y arbitrariamente a Carlos Santiago y Pedro Andrés Restrepo Arismendi, de 17 y 14 años, y de origen colombiano. Posteriormente sus cuerpos desaparecieron "misteriosamente". Más tarde, tras el testimonio de Hugo España, agente del extinto Servicio de Investigación Criminal (SIC), en el que fueron torturados los jóvenes, se determinó que los cuerpos habían sido arrojados en la laguna de Yambo, cerca de la ciudad de Ambato. Diez años más tarde el hecho fue declarado como crimen de Estado.
Hoy se cumplen 19 años desde su desaparición y asesinato...y los restos aún no se han encontrado. Mientras tanto, los asesinos y responsables siguen como si nada hubiese pasado.
Hubo mucha gente que se involucró en la lucha por esclarecer el caso. Desde familiares de las víctimas hasta defensores de los Derechos Humanos, así como artistas. Entre ellos, quisiera destacar la entrega total de mi amigo el 'cantor de contrabando': Jaime Guevara. Del cual rescato un pequeño fragmento de una de sus canciones en las que manifiesta su rechazo ante tan brutal acto.
"Fue un accidente
y los niños junto al motor y otras cosas
se perdieron en la boca de peces fluviomarinos.
Cantémosle su castigo a esos peces de la escoria....
hay unos peces conocidos por su apetito abusador.
No se conforman esos peces con una dieta de animal
pues pertenecen a la especie fluviomarino-policial.
Fluviomarino que hipócrita y maligno
deboras a dos niños y coches por igual.
Y luego mientes con lengua de serpiente
que ha sido un accidente te vamos a pescar...."
Pues sí, este es solo uno de los tantos casos de ese abuso estúpido de poder.
¿Pero cuántos más han salido a la luz? ¿De cuántos se han rendido cuentas? Y ¿Cuántos han quedado en la impunidad?
Hace pocos días comentaba esto con Freddy, un amigo peruano, quien fue testigo de atrocidades
similares en el tiempo de Alan García, Fujimori y Montesinos, desde luego con la alcahuetería de la Iglesia.
Nuestra conversación ahondó más mi indignación y de ahí nació un texto que también lo voy a compartir.
Memoria Negra
Freddy, este poema es tan suyo como de ella, como mío, como de aquellos...los sin rostro.
En aquel surco
muere una rosa que renace mucho...
César Vallejo.
Son ya casi 32 horas de lo que me confesaste, compañero,
Y todavía no se me va el espanto.
De la comisura de mis labios ha brotado una pequeña acequia de coraje.
Y he revestido de luto mi memoria.
María del Pilar fue uno de los blancos perfectos para los perros enfermos de poder.
De los que muerden rabiosos sin esperar respuestas
Y los que tampoco aceptan que sea una la que se resista a lamerlos.
¡Perros asesinos!
Aún se ladran Rosas, Marías y Pedros en las calles de “Aquí no ha pasado nada”.
¡Nos creen cojudos!
El hecho de que doña Luisa no haya salido de su casa, ese jueves por la noche, no es porque no haya escuchado los dos disparos sino que estaba vomitando miedo al saber que sus hijos también se le iban.
María de Pilar. Dos trenzas largas y que corta se te hizo la vida.
Cada flor que recogías significaba un nombre menos de los que al igual que tú…sudaban sueños. La última flor que cortaste te rehusaste a ponerla en el cesto, junto a los nombres que se estaban ya pudriendo.
Y por eso, María del Pilar, te clavaron dos silencios en el pecho.
Ay compañero, has revestido de luto mi memoria.
Acá, al igual que en tu tierra
también se incrustaron lápidas en el aire
y cruces sobre el agua.
No fueron solo perros sino también leones.
Y hoy no se ladran solo Rosas, Marías o Pedros,
sino también Faustos, Milton, Consuelos y Restrepos.
Sé que con ella también murió de mí una parte.
Y sé que ese 25 de junio de 1.993 lo tienes atravesado en el torso desnudo del amor mutilado.
De estos 13 años que han quedado en silencio.
En el silencio espeso de la pampa en el que María del Pilar
…seguramente aún te está esperando.