lunes, diciembre 31, 2012
Cartas dislocadas (año viejo)
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Cartas dislocadas (tiemblo, luego existo)
Empiezo
este poema como si fuese una carta, porque a larga todas las cartas son poemas.
Una declaración es una declaración en cualquier momento y en cualquier idioma.
Yo declaro que no sé otra forma que declarar que enfilando mis miedos como niños
desnudos en un cuartel militar. (Escena dos: los niños fueron rescatados y
colocados en un cuarto con una manta frente al fuego). La ternura me viene del
frío. Tiemblo, luego existo. El calor es una trampa sino viene de mi hogar, o
de los pocos seres que en este mundo hostil confío. Hay una batalla allá afuera
y yo no puedo hacer nada. Andan matando el Silencio. Qué triste eso. Matar el
silencio es como matar al Mundo. También hay otra batalla aquí adentro, pero
esta es necesaria, como las bacterias que el cuerpo necesita para equilibrar el
organismo. ¿Pero qué cuando se es bacteria y se es organismo, y cuando se es
también ese niño desnudo en el cuartel militar? (Escena tres: ninguna de las
anteriores). Entonces sueño, y luego escribo, y luego escribo mientras sueño, y luego escribo que sueño
dentro de la escritura del sueño. Y viceversa. Porque en el fondo toda
escritura es una cadena de sueños que logra a otros despertar. Este poema se
inscribe a las siete y cuarenta como un desafío. Tiemblo, luego existo. Esta
noche es un avión sin alas varado en el desierto. Estoy perdida, y esta carta
es mi único emisario.
domingo, diciembre 30, 2012
Cartas dislocadas (encierro)
(Vilhelm Hammershøi)
Tras
veinte horas de encierro en ese cuartucho de Paramaribo, decidí acercarme a la
ventana y retirar la cortina. Lo que me movió a hacerlo fue el sonido
perturbador de unas cadenas. Cuando vi lo que había del otro lado, supe que en
realidad se trataba de unos pájaros cuyo aleteo producía ese peculiar sonido.
Me sorprendió muchísimo pues nunca había escuchado un aleteo similar. Sin
embargo, como ya era de noche, y por el movimiento constante de los supuestos pájaros,
no los pude ver con precisión. Me tomó varios minutos darme cuenta que en
realidad eran murciélagos, y que se disputaban los mangos frescos que colgaban
como bombillos de un árbol navideño que alguien olvidó desarmar. Cuando por fin
los murciélagos se vieron satisfechos, aparecieron en escena varios pájaros que
también producían el mismo ruido en su aleteo. Ya no sabía qué pensar, en ese
punto dudaba de todo, y no era tan descabellado que, después de todo lo que había
pasado los tres últimos días, el sonido perturbador de las cadenas estuviese
dentro mí.
Marguerite Yourcenar
1943. Es
demasiado pronto para hablar, para escribir, para pensar quizá, y durante algún
tiempo nuestro lenguaje se parecerá al tartamudeo del herido grave a quien se
reeduca. Aprovechemos este silencio como si fuese un aprendizaje místico.
(Peregrina y Extranjera. Ed. Alfaguara, Madrid, 1992.)
sábado, diciembre 29, 2012
Ricardo Güiraldes
-26-
En este momento,
en que sufro, mi coraje debe comprender.
Nada es que mi
cuerpo se bambolee en la pesada prisión de su dolor.
Tal vez, por ahí,
un hombre harto, de amor o de belleza, ha dejado que su alma caiga de rodillas
ante la vida, porque al fin ha comprendido.
(De 'Poemas Solitarios')
Howard Hawks sobre Walter Brennan
Walter Brennan
“Un
tipo de producción me habló de él. Le dije que lo trajera, pero que le diera
algunas frases para ver qué tal las decía. Así que cuando apareció le pregunté
si le habían dado las frases. Él respondió: “¿Quiere que se las lea?”, “Sí,
claro”, dije yo. Y dijo: “¿Con o sin?” Yo dije “¿Con o sin qué?” Dijo “Dientes”.
Y yo afirmé que quedaba contratado. No tuvo que leer las frases”
(Howard
Hawks, director, productor y guionista)
viernes, diciembre 28, 2012
jueves, diciembre 27, 2012
El infinito viajar - Claudio Magris
El
viaje siempre recomienza, siempre ha de volver a empezar, como la existencia, y
cada una de sus anotaciones es un prólogo; si el recorrido del mundo se
transfiere a la escritura, éste se prolonga en el traslado de la realidad al
papel —tomar apuntes, retocarlos, borrarlos parcialmente, reescribirlos,
desplazarlos, variar su disposición. Montaje de las palabras y las imágenes,
captadas desde la ventanilla del tren o cruzando una calle y doblando la
esquina. Sólo con la muerte, recuerda Karl Rahner, gran teólogo del camino,
cesa el status viagiatoris del hombre, su condición existencial de viajero.
Viajar, pues, tiene que ver con la muerte, como bien sabían Baudelaire o Gadda,
pero también es diferir la muerte, aplazar lo máximo posible la llegada, el
encuentro con lo esencial, tal como el prefacio difiere de la verdadera
lectura, el momento del balance definitivo y del juicio. Viajar no para llegar
sino por viajar, para llegar lo más tarde posible, para no llegar posiblemente
nunca.
(Claudio Magris. El infinito viajar. Barcelona. 2005)
El Encano (Colombia) y su pequeña Venecia
Diciembre. 2012
maravilla de comida
con mi madre y 4 sacos por dentro para contrarestar el frío
mi padre sirviéndome un aguardientico paisa para el frío
mi hermana y yo brindando con el tradicional vino de mora, hecho por artesanos del lugar
miércoles, diciembre 26, 2012
Una enfermedad llamada trabajo - Eduardo Galeano
Una
enfermedad llamada trabajo
En
1714 murió Bernardino Ramazzini.
El
era un médico raro, que empezaba preguntando:
–¿En
qué trabaja usted?
A
nadie se le había ocurrido que eso podía tener alguna importancia.
Su
experiencia le permitió escribir el primer tratado de medicina del trabajo,
donde describió, una por una, las enfermedades frecuentes en más de cincuenta
oficios. Y comprobó que había pocas esperanzas de curación para los obreros que
comían hambre, sin sol y sin descanso, en talleres cerrados, irrespirables y
mugrientos.
Mientras
Ramazzini moría en Padua, en Londres nacía Percivall Pott.
Siguiendo
las huellas del maestro italiano, este médico inglés investigó la vida y la
muerte de los obreros pobres. Entre otros hallazgos, Pott descubrió por qué era
tan breve la vida de los niños deshollinadores. Los niños se deslizaban,
desnudos, por las chimeneas, de casa en casa, y en su difícil tarea de limpieza
respiraban mucho hollín. El hollín era su verdugo.
Jean Giono
*
"Si
se abandona el camino, se entra en los olivares invadidos por las rosas. Dijérase
que hubieran lanzado una piel de camero sobre los árboles. Una piel espesa que
sangra. Se tiene calor allí abajo, un pesado calor de lana; la hierba suda.
Para salir de esta sombra hay que destrozarse las manos. Un mes después uno se
encuentra una rosa seca en los bolsillos."
(De 'Ese bello seno redondo es la colina'. Revista Imán. 1931)
martes, diciembre 25, 2012
Diario (fragmentos del Encano)
El Encano, Colombia
dic. 2012
Estoy aquí, en un rinconcito de Colombia. Estoy al pie de la laguna de La Cocha, en Nariño. Llegamos hace un par de días con mis padres y mi hermana. Así, como cuando era chiquita y todo me parecía enorme, lejano, y sin embargo, tan alcanzable. Aquí estoy, y sigo jugando, jugándome, manchándome las manos, cayendo, aprendiendo.
Mientras
haya en el mundo superficies, escribiré, seguiré siendo.
*
Hace
días viví momentos intensos en el Encuentro de Poesía en mi país. Fui un
instrumento de mi poesía, porque siempre el poema estará sobre mí. Canté, gocé,
bebí, lloré, muté. Conocí seres luminosos que me llegaron como un respiro,
pasadizo a otras realidades. De esas vivencias sigo alimentándome, digiriéndolo
todo en la inmensidad de este bosque.
*
Mi
padre y sus historias de hace 41 años. Hace 41 años él estuvo aquí, caminando
por este mismo sendero, exiliado político en tiempos de Velasco Ibarra. Yo
también quiero regresar a esta Isla y decir "hace 41 años estuve aquí, con
mi padre, escuchando sus historias cuando el sol se ponía, lento y cadencioso,
una lejana tarde de navidad."
*
Mi
madre y su bendición en un beso infinito sobre mi frente. Mi madre, su sonrisa
y su inagotable ternura frente al fuego, una chimenea llena de carbón y
recuerdos en reversa. Porque el fuego también me remite a ella, siempre. Mi
madre y su mano extendida entregándome una agenda en cuya portada yacen muchas
mariposas pintadas, como entendiendo que el verdadero sentido de mi vida es la
búsqueda de la libertad, porque sí, porque que me doy el lujo de buscarla y
sobre todo, por momentos, de encontrarla. Siempre hay retorno, madre, siempre,
porque aunque lejos, de ti nunca me voy. Pero ahora gocemos, porque estamos,
porque somos. Sin tiempo. SOMOS.
*
Mi
hermana y nuestro código común. El aprendizaje y el hombro, para cuantas veces
sea necesario. Mi hermana y la risa de Marylin Monroe desde algún templo que
sigue incendiándose. Suena un blues desde el altarcito de nuestras pequeñas
muertas. El miedo es un grillo que puede tomar dimensiones monstruosas, lo sé,
pero si lo enfrentas con la luz de tu pincel, se irá achicando hasta dejarte
dormir, plácidamente. Hay en todos los colores una espada.
*
Brindo
por Mark, con este trago casero. Brindo por Mark que me canta en la distancia
'Blue Christmas' de Elvis. Y luego ríe. Y luego río. Protector de mis viejos y
mis locos que siguen deambulando por la calles de North Beach, reinventando
noche a noche la ciudad de la Niebla. Mark, como una luna permanente. Guardián
de mis palabras. Amándome, una vez más, como sólo él sabe hacerlo, renovándolo
todo, como siempre, como siempre.
*
Hoy
crucé hacia el santuario de la isla Corota, en lancha, y hundí mis manos en el
oleaje que Angela no pudo tocar en mi país. Hoy lo toqué por ella. Me limpié y
la limpié en la distancia. Los símbolos sólo existen cuando se materializan en
otras metáforas. En el agua hay un espejo que no se rompe, únicamente se
deforma. Y entonces su voz también es oleaje. "Somos pedazos de vidrios
sosteniéndose". Hay en el silencio un lugar del cual siempre querré
acordarme. Aquí estoy yo. Travestida. Iluminada. Y todas las aves del páramo se
levantan para saludarme. Hay leña, mucha leña. Y la noche reclama su espacio.
Creo
en la alquimia que produce el lenguaje de la ausencia.
Pero
aquí estoy,
mientras
haya superficie.
Hay ovejas y ovejas - Rosabetty Muñoz
HAY
OVEJAS Y OVEJAS
Las
que comen de cualquier pastizal
y
duermen con una sonrisa de satisfacción
en
los potreros.
Las
que caminan ciegamente
por
los caminos acostumbrados.
Las
que beben despreocupadas
en
los arroyos.
Las
que no trepan por pendientes peligrosas.
Esas
van a dar lana abundante
en
las esquilas
y
serán sabrosas invitadas
en
las fiestas de fin de año.
Hay
también
las
que tuercen las patas
buscando
campos de margaritas
y
se quedan horas y horas
contemplando
los barrancos.
Esas
balan toda la gran noche de su vida
encogidas
de miedo.
Y
hay, por fin,
las
malas ovejas descarriadas.
Para
ellas y por ellas
son
las escondidas raíces
y
los mejores y más deliciosos pastos.
(De
Canto de una oveja del rebaño. Ed. Ariel. Santiago. 1981)
lunes, diciembre 24, 2012
Edgar Allan Poe
"Era
de noche y caía la lluvia, y al caer, era lluvia, pero era sangre una vez caída."
(De Silencio - Una Fábula)
domingo, diciembre 23, 2012
El miedo - Rodolfo Fogwill
El
miedo: el miedo no es igual. El miedo cambia. Hay miedos y miedos. Una cosa es
el miedo a algo -a una patrulla que te puede cruzar, a una bala perdida-, y
otra distinta es el miedo de siempre, que está ahí, atrás de todo. Vas con ese
miedo, natural, constante, repechando la cuesta, medio ahogado, sin aire,
cargado de bidones y de bolsas y se aparece una patrulla, y encima del miedo
que traés aparece otro miedo, un miedo fuerte pero chico, como un clavito que
te entró en el medio de la lstimadura. Hay dos miedos: el miedo a algo, y el
miedo al miedo, ese que siempre llevás y que nunca vas a poder sacarte desde el
momento en que empezó.
Despertarse
con miedo y pensar que después vas a tener más miedo, es miedo doble: uno carga
su miedo y espera que venga el otro, el del momento, para darse el gusto de
sentir un alivio cuando ese mido chico -a un bombardeo, a una patrulla- pase,
porque esos siempre pasan, y el otro miedo, no, nunca pasa, se queda.
-¿Y
ahora? -guié.
-Tampoco,
ya no, tampoco -dijo y me miró-. ¿Entendés?
-Sí,
respondí convencido.
-No.
¡No me entendés! Seguro que a vos alguna vez habrían estado a punto de
boletearte, fuiste preso, tuviste dolores en una muela, o se te murió tu viejo.
Entonces, vos, por eso, te pensás que sabés. Pero vos no sabés. Vos no sabés.
(Los Pichiciegos)
Cuerpo, palabra, mundo - José Ángel Valente
“La palabra, la materia, el cuerpo del amor, son una y misma cosa. La poesía estaría en este ciclo regida por el primado absoluto de la infinitud del Eros. Los trovadores entendían por amor el fundamento de la palabra poética. La mujer es igual en el mundo trovadoresco al acontecer de la palabra, al acontecimiento del lenguaje. La mujer es la razón del trovar y así se unifican cuerpo, palabra y mundo.”
sábado, diciembre 22, 2012
Y luego de las respectivas lecturas....
Con las poetas Gabriela Ponce y Amparo Osorio
A esto me refería en que es un castigo gozar tanto hasta el amanecer para que al siguiente día a una le toque leer tempranito en la mañana y con resaca. Pero bueno, lo bebido, lo gozado y lo cantado no nos lo quita nadie. Destaco la compañía y ese poema tremendo que la poeta Amparo Osorio nos compartió justo el 21 de diciembre a las 12 en punto de la noche (y de quien no se acordaba el autor, pero que me removió entera) Llorar con algo así da gusto. Aquí unas evidencias de lo bien que uno la pasa entre pasillos, boleros y rancheras.
Entre las poetas Ángela Barraza y Natalia Hernández
Leo poemas - Ángel González
Leo
poemas al azar,
leo
casi sin pensar en lo que leo.
Cuando
me encuentro un verso triste,
siento
en el alma como una caricia.
No
es que me alivie la tristeza ajena,
es
que me encuentro menos solo.
Lectura en la Universidad Técnica del Norte
Juro que si algún día me toca organizar un Festival de poesía, no cometeré el castigo de hacer levantar a los poetas a las 6 y 30 de la mañana. Los organizadores de este tipo de actos deberían considerar los horarios de las diferentes lecturas pensando en que es un verdadero castigo hacer levantar a un poeta a esas tempranas horas de la mañana, sobre todo cuando es muy posible que no se haya ni siquiera acostado, o que -como en mi caso- haya dormido apenas 3 horas y se haya levantado con resaca. Pero bueno, entiendo que las lecturas del día de hoy se debían realizar temprano por ser en varias instituciones que, como es lógico, no podían esperar. Lo importante es que todo salió de maravilla. Y aunque llegamos pareciendo zombies, la rompimos. ;) Yo por lo menos disfruté muchísimo del público que, en su mayoría, eran estudiantes. Cuando tocó mi turno lo único que dije fue: En la vida cuestiónenlo todo, empezando por sus profesores; escúchenlos con respeto, pero incluso lo que ellos les digan, cuestionen, indaguen, replanteen. También disfruté mucho de una lectura simultánea que hicimos con la poeta chilena Ángela Barraza, a partir de uno de sus poemas. Ambas, al parecer, éramos además las más resacosas. Por la tarde, en cambio, las lecturas fueron divididas en varios planteles educativos. Tuve el honor de compartir micrófono con la maravillosa poeta colombiana Amparo Osorio, y, aunque a ninguna de las dos se nos escuchó un carajo porque donde leímos fue una especie de coliseo cuya acústica era terrible y más parecía que gritábamos debajo del agua, fue una interesante experiencia. Lo mejor fue la conversación que tuvimos en el auto regreso a la Hostería Chorlaví, Amparo es una de esas pocas mujeres a las que no me cansaría de escucharla. En fin, la poesía continúa. Y hay un atardecer en Imbabura que no necesita de nadie para ser declamado, como todo lo puro: simplemente ES.
viernes, diciembre 21, 2012
El reencuentro
Una historia hermosa y conmovedora:
Marina
Abramovic y Ulay tuvieron una relación amorosa intensa en los 70's. Cuando
vieron que ésta se venía abajo decidieron caminar la Muralla China, cada quién
desde un extremo para encontrarse en el centro, darse un fuerte abrazo y no
volver a verse. Muchos años después ella expuso en el MoMa y presentó 'El
artista está presente', un minuto de silencio mirando a los ojos de quien
quisiera sentarse frente a ella. Esto es lo que pasó cuando Ulay llegó:
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